martes, 22 de diciembre de 2009

De como me convertí en canalla menor

Día uno, Sábado 19 de Diciembre, 16:25.

Iba por calle Tarapacá al encuentro de Camila, mi hermana menor. Prematura activista por los Derechos Animales y Ecológicos, se encontraba en una marcha. El hambre me tocaba la puerta del estómago a cada rato, la temperatura no debía bajar de los 30º y mi zapatilla no puede estar más desgastadas. Antes de llegar a la esquina de San Francisco vi un cartel que decía "Empanada canalla $800, le trae veneno", se trataba nada más y nada menos que de el renombrado Rincón de los canallas.

En 1980 luego del pebliscito que le dio a Chile la Constitución que tenemos hasta hoy, Pinochet trató de canallas a cerca del 35% que votó en contra. Todo quién pensará distinto a su persona tendría este apelativo. Don Victor Painemal luego de ser garzón el Club de la Unión abrió junto a otros colegas el "El rey del pollo asado", el que lamentablemebte al poco tiempo se incendió perdiendo todo lo poco que tenían. Pero los canallas no se echan a morir tan fácil, es así como en plena dictadura, de forma clandestina comienza a venderse vino, pipeño y platos nacionales típicos, los cuáles son degustados por todo quién supiera el santo y seña, no podían arriesgarse tanto ene sas épocas, el que fue variando hasta que quedó en lo que conocemos hoy.
"Canalla llamando a canalla" "¿Santo y seña canalla?" "CHILE LIBRE!!!"

Mientras entraba a pedir mi empanada y mi veneno, me preguntaba lo genial que debería ser trabajar en ese lugar, mi mochila estaba cargada de curriculum's así que dejé uno por si las moscas. La cantidad de cuadros y tarjetas de invitación adornando éste espacio tan chileno y tan popular me iban seduciendo, y no es por el veneno. Don víctor y su sobrina Mao me miraban con cara de extrañeza, ¿Tienes experiencia de mesero? Claro, como no, les respondo. Se dice mesero, porque garzón es muy siútico, así como ponerlo en cursiva. Venga a las 8 a trabajar, que nos falta gente con una polera blanca canalla. Dicho y hecho, a las 8 de la tarde estaba de punta en blanco esperando que el Gran Canalla me pasara el mandil y así poder empezar a canallear. Me presentaron como"...un estudiante que necesita pagar su educación, porque ahora los derechos no lo son si no se pagan, debemos ser consecuentes" Allí estaba la MAO, la tía Lucha, la Irene, la Teresa y la Rosita. Traté de ser lo más directo al decir que no venía con el serrucho y que me retaran si me lo merecía. No lo hicieron, fueron muy cordiales y me indicaron con ese calor de cocina y las risas rimbombantes de fondo donde se ubicaba cada elemento que me pudiera servir.

El primer día atendí 5 mesas, 2 de 4 personas, 2 de 2 personas y una individual, me llevé una buena propina, se me notaba lo nervioso, aprendí a pelar papas y a preparar un maremoto. De tanta bandera chilena, de tanta carta de amor y con tanta música popular de fondo quedé pagado, todo en un puro día.

Hasta mañana canallas.

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